Personas adictas a las relaciones: esclavos del apego afectivo

El mal de amores existe, es real y las víctimas se cuentan por miles. Porque hay personas adictas a las relaciones que dejan cada día su dignidad y amor propio en el área de objetos perdidos para practicar un apego afectivo tan tóxico como destructivo.

Son perfiles caracterizados por una clara inmadurez emocional donde el amor se convierte, de pronto, en un amargo sucedáneo con graves efectos secundarios.

Las personas adictas a las relaciones afectivas jamás darán forma a un vínculo saludable y feliz, porque lo que crean son rehenes.

Estas parejas erigen en el día a día un escenario de cautividad no pactada, en un cuadrilátero de sufrimiento donde se sacrifican todo tipo de valores, todo tipo de principios morales, emocionales e incluso psicológicos.

Así, y como suele suceder en cualquier otro tipo de adicción, no es nada fácil romper con un hábito alimentado por esa feroz necesidad: la de ser parte de alguien, la plegarnos a los pies de una persona para sentirnos completos, nutridos, realizados.

Cuando el cerebro se acostumbra a esa dinámica, a ese sucedáneo de mal amor o de droga envenenada, resulta muy difícil desapegarnos de la rutina conocida…